marzo 2010

Las catas en Parsimonia siempre tienen algo de magia. Pero, la tarde primaveral del sábado, compartiendo mi sueño desde su inicio con los atentos catadores y buceando en el tiempo, entre todos los Destiempos, fue para mí un verdadero placer y un momento especialmente emocionante.

Blanco y tinto, los dos casi recién nacidos, van cruzando el invierno de la mano, recorriendo las calles, los lugares de siempre y otros nuevos, las copas de los conocidos y los desconocidos, escribiendo poemas en verde y en morado que van almacenándose en la

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